Iniciamos nuestra vida escolar alrededor de los cincos o seis años de edad y nos pasamos allí unos largos 12 o 13 años completando nuestra educación bachiller. Luego de esto siguen otros 4 o 5 años, dependiendo la carrera, de estudio universitario. ¿Con eso es suficiente, cierto?
Unas década atrás, la respuesta a esa pregunta sería un rotundo si. En la actualidad, se busca más que un grado en la universidad. ¿En qué te especializaras? es una de las preguntas que se realizan a poco tiempo de haber empezado la universidad.
Correcto, estamos en un mundo laboral donde cada vez las competencias y exigencias aumentan día a día. Donde saber dos lenguas es primordial para cualquier trabajo. Donde debemos completar nuestros estudios con varias maestrías, diplomados, talleres. Donde las instituciones exigen años de experiencias.
Por un lado, todo esto tiene su aspecto positivo... Es un claro ejemplo de superación. Y, ademas en un mundo tan cambiante es necesario actualizar nuestros conocimientos constamente para estar a la altura de lo que acontece.
Pero, por otra parte, hay una población afectada por estas exigencias del mundo laboral. El desempleo es uno de los grandes problemas que afecta la sociedad actual. Se entiende por desempleo a las personas activas (en edad de trabajar) y en búsqueda de empleo sin conseguirlo. Los jóvenes, recién salidos de la universidad, constituyen parte de la población afectada por el desempleo.
Jóvenes que luego de salir de la universidad se les hace difícil encontrar plaza en el puesto de trabajo para el cual estudiaron arduamente. Ya sea por una u otra causa la razón de esta situación es necesario buscar soluciones factibles ha dicho problema.
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